miércoles, 27 de agosto de 2008

Desarrollo estratégico

Para cambiar el perfil económico del distrito y generar
una profunda transformación hay que elaborar un plan de
desarrollo estratégico desde el seno de la sociedad


Mucho se habla de cambio y de desarrollo de comunidades del interior del país de neto corte agrícolo ganadero, como lo es la nuestra. Pensar en ello en los tiempos que corren parece ser un impedimento infranqueable, debido a la crisis por la que atraviesa la Nación.
Pero esto no es tan así y a pesar del momento coyuntural que se transita, se puede pensar en producir un cambio.
Él último cuarto del siglo pasado se gestó una idea colectiva que podríamos denominarla "Cambio de perfil económico", basada en un proceso mediante el cual se agrega valor a producción primaria del distrito.
Sin darse cuenta la sociedad comenzó a trabajar en dos frentes, el primero dotar de servicios e infraestructura a la ciudad y el otro en conseguir los instrumentos legales para la radicación de industrias.
Pero no es por un decreto o ley de fomento industrial que se producen los cambios, sino por la férrea voluntad de generar una transformación por parte de los individuos que componen el núcleo de la sociedad.
Parece utópico hablar de cambio, desarrollo o despegue de la sociedad con la intención de mejorar su calidad de vida en medio de la tormenta económico-social que atraviesa la Argentina.
Pero Pringles ha dado muestras que en las peores crisis es cuando más ha crecido; es como los niños que después de un estado febril ''pegan el estirón''.
La historia de nuestro pago chico da fundamento a la escrito, y si no sólo basta tener presente que tras la revolución de 1890, momento histórico que da inicio a una profunda crisis que se prolongaría por más de 10 años, que como coletazo de ella en 1901 cerraron sus puertas definitivamente el 51 % de los comercios de nuestra cuidad.
Es cuando el espíritu creador del hombre, que agudiza su ingenio y pone a prueba toda la capacidad de superación hace que obras impensadas para ese momento tuvieran lugar, como la construcción del Teatro Español, los edificios de la Sociedad Italiana y de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, que no son meras construcciones sino que reflejan el espíritu de superación y creación de los hombres de esa época.

Años más tarde el golpe de estado del 6 de noviembre de 1930 de inicio a una gran depresión que golpe muy fuerte a nuestra ciudad, pero como ignorando esa situación de hambruna, un grupo de vecinos funda la Biblioteca Popular dando impulso a la educación y otra vez el espíritu de superación se hacía presente.
Como estos, se pueden citar más ejemplos de cómo en épocas de crisis surge desde el seno de la sociedad la fuerza superadora que esgrime con talento y creatividad la bandera del desarrollo.
Comenzamos un nuevo siglo y como el anterior lo hacemos transitando una crisis y nos preguntamos ¿no será este el momento de cambio?
En los últimos 20 años la ciudad creció, mejoró sus vías de tránsito con otras ciudades, se crearon establecimientos educacionales técnicos, las comunicaciones conectaron a Pringles con el mundo, se planificó un sector industrial para la radicación de empresas, y se acrecentaron los esfuerzos de los gobiernos comunales en poner ''chimeneas al campo''.
Con el restablecimiento del sistema democrático cobró fuerza la idea ''hay que traer una industria'', principalmente propiciada desde el gobierno; y las industrias no vienen, nacen del seno de las sociedades de acuerdo a las necesidades del mercado.
No es por arte de birlibirloque que con una varita mágica se dispone la radicación de una industria, ni tampoco con leyes de exenciones impositivas que vuelvan atractivas zonas determinadas para la radicación de empresas, sino con la férrea voluntad de los ciudadanos que componen la sociedad y desde lo más profundo de su seno es que debe nacer y concretarse el tan anhelado cambio.
Es hora que gobierno y entidades intermedias se sienten a conversar sobre la estrategia a desarrollar en nuestra comunidad.
Una política de planificación municipal con activa participación de la sociedad es el rumbo que hay que fijar.
Poner en marcha un plan estratégico para el desarrollo municipal, impulsado desde la comuna y acompañado por todos los sectores es el desafío que imponen los tiempos de hoy.
El proyecto tendrá que buscar, agregar y calificar progresivamente las aspiraciones de las organizaciones territoriales de base hasta llegar a la demanda municipal traducida en ideas de proyectos priorizados como la expresión más genuina de los intereses y las prioridades de los actores sociales.
La visión estratégica expresa las prioridades del desarrollo municipal a mediano y largo plazo, concentradas participativamente. En ese sentido, debe estar diseñada a partir de las potencialidades del municipio, priorizando los temas estructurales de carácter productivo y social inaplazables para satisfacer demandas a corto plazo.
Las etapas de la planificación participativa municipal, según los entendidos, da comienzo por un diagnóstico de situación y a partir de allí elaborar una estrategia de desarrollo municipal.
El diagnóstico permite lograr el conocimiento compartido de la dinámica social, económica y política de la sociedad a partir de autodiagnósticos generados por los propios individuos que componen la sociedad en todos sus estratos.
En esa medida proporciona la información técnica necesaria para la formulación de la estrategia del desarrollo municipal, identificando potencialidades, limitaciones y problemas.
En la etapa del desarrollo municipal se define la visión estratégica del municipio traducida en vocaciones priorizadas, objetivos, estrategias y prioridades del desarrollo municipal a corto y mediano plazo, concertadas participativamente en base al análisis de potencialidades, limitaciones, problemática y las aspiraciones comunales.
Contamos con las herramientas, sólo resta que dejemos salir de lo más intimo de nuestro ser la voluntad de cambio y a pesar de los momentos difíciles se puede comenzar a generar la transformación hacia un Pringles como el que soñaron los visionarios que fundaron el distrito.

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